Volvemos de vacaciones, hemos ajustado los horarios de vida y nos proponemos comenzar con los entrenamientos.
Algo interesante al comenzar estos, es tener en cuenta cuales han podido ser las consecuencias del parón veraniego a nivel de desadaptaciones.
Así que veamos algunas consideraciones sobre esta situación de posible desadaptación.
- Dejar de entrenar ciertos aspectos o bajar la carga sabemos que tiene como consecuencia una pérdida parcial o completa de ciertas adaptaciones. Esta pérdida parcial incluso es necesaria para poder regenerar el organismo y recuperar frescura en todos los sistemas.
- No es lo mismo bajar la carga que dejar de entrenar o haber tenido una lesión o enfermedad. Siendo en este último caso el nivel de parón con mayor pérdida de adaptaciones que en los otros dos casos.
- En los primeros días de parón nuestro volumen plasmático puede descender en pocos días si este es un parón total o tardará más si es una bajada de carga progresiva.
- La acción de las enzimas oxidativas (herramientas importantes en la capacidad aeróbica del organismo) va disminuyendo como la capacidad de almacenar glucógeno y la de usarlo. Esto va a aumentar la acidosis muscular en los primeros entrenamientos a intensidades en las que antes podíamos soportar fácilmente
- Menor volumen sanguíneo, menor oxigenación por desadaptación y mayor acidosis provoca aumento en ventilación y esa sensación de pulso elevado en las primeras semanas de entrenamiento.
- A nivel metabólico hemos perdido eficacia en el uso de las grasas como combustible, aumentará nuestra resistencia a la insulina, disminución en la capacidad tampón (es decir, el amortiguar la acidosis y aclararla) y habrá aumentado la dependencia de los carbohidratos en el esfuerzo.
- En lo referente a la fuerza está claro que se verá afectada si no hemos trabajado algo durante nuestro parón. En consecuencia, todo lo que esté relacionado con la respuesta neuromuscular en la contracción y en la generación de impulso nervioso se verá afectado.
- Y como los tejidos no han sido movidos, la rigidez de estos habrá aumentado y por tanto el ROM (amplitud de movimiento de la articulación)
Esto es una muestra de las desadaptaciones que se pueden dar pero no son todas las que podría haber.
Si has sido de los que ha bajado la carga y ha mantenido algo de actividad física habrás minimizado el retroceso y pérdida de las adaptaciones conseguidas.
En este caso habrás elegido bien porque aquello que habrás retrocedido es lo necesario a perder para que el cuerpo y la mente reseteen y refresquen de cara a darle un empujón en esta nueva temporada y subir uno o dos escalones más respecto al nivel de la temporada anterior.
En otros artículos que tenemos en la web iremos describiendo posibles enfoques a tomar de cara a ir gestionando las primeras semanas de entrenamiento, en natación por ejemplo, tras un parón como puede ser el provocado por el período vacacional.