Esta vez os vengo a contar cómo fueron esos días previos a la prueba y cuáles eran mis mantras y manías, que quizás a tí que estás pensando en dar ese salto a la larga distancia, te puedan servir de ayuda.
Esto lo escribí pasados tres días del Ironman, porque antes me era imposible escribir, no era capaz de canalizar tantas emociones juntas.
Han pasado tres días desde que pisé esa meta y aún sigo sin poder canalizar todo, así que empiezo por contaros cómo fueron esos días previos.
La semana de antes, el lunes, mi madre dio positivo en covid, y esto aún siendo algo que sabíamos que podía pasar, me bloqueó por completo. Intentaba no pensarlo, pero creerme que sentí miedo…por un lado pensaba, que ella no se pusiera mala en estos días en los que yo tenía que viajar, y por otro lado las dos temíamos que yo hubiera podido cogerlo y se fuera todo al traste en horas.
Gracias a las personas que estuvieron ahí pendientes para darme calma en esos días en los que era tan difícil poner el foco en que estaba en esa semana importante.
Finalmente el miércoles por la tarde viajo a Vitoria y me instalo en el apartamento. Desde ese momento vuelve la tranquilidad a mi.
Mamá seguía con síntomas pero se encontraba bien dentro de todo, y lo mejor era que yo saliera de casa cuanto antes. Salgo de casa super cargada y pensando que aún así algo me dejaba porque los nervios se habían apoderado de mí durante estos días viviendo en casa con una mascarilla y encerrada en la habitación.
Al ratito de llegar allí, recibo mensajes de Chantal y de Isa, que si se me había olvidado algo que como ellas subían que estuviera tranquila que me lo podían llevar. Tumbada en la cama miro la cabra…”No, el bidón de atrás, Sandra!”…ese bidón que tiene esa medida justa que entra en ese portabidón que le tienes como “el de la suerte” y te lo has dejado…rápido escribo a Isa…”Isa, ¿te acuerdas del bidón que me diste de Sportculture? pues necesito otro igual, me lo he dejado en Madrid”…”tranquila que te llevo dos”…vale Sandra, papeleta resuelta, siempre habrá buenas personas por el mundo dispuestas a salvarte el culo, soy muy afortunada
Recibo otro mensaje de mi compi Ferkal…me manda un pantallazo de un correo que dice “te confirmamos que la acreditación de prensa para el Ironman de Vitoria ha sido aprobada”…y me dice ”así que nada, el sábado tengo que quedar contigo, para hacer una entrevista”.…y aquello me inunda más de ilusión aún…no pensé en preparar esa entrevista, porque me considero muy espontánea, para lo bueno y lo malo, y aquello sacaría lo más bonito de mi en ese momento sin duda.
El jueves, a tres días de la prueba me levanto descansada, habiendo dormido cerca de ocho horas. Salgo con la bici a activar al Pantano de Landa, donde iniciaba el segmento de bici del Ironman. Se respiraba ese ambiente previo al Ironman, montones de triatletas por allí rodando con sus bicicletas de contrarreloj. “Sandra, disfruta esto, disfruta cada segundo aquí, eres afortunada”, pienso una y otra vez.
Por la tarde voy a esa plaza, a recoger mi dorsal…ese momento en el que se me puso la piel de gallina…y como dije entonces…es cuando asumes que te has metido en el mayor meollo de tu vida
El número de dorsal me dió esa buena intuición de que las cosas iban a salir bien…Dorsal 657…El 5, mi número favorito y el 7 el de mi madre…las casualidades no existen
El viernes previo a la prueba salgo a correr por la mañana al levantarme, desayuno y me voy a Landa a nadar con Jose, mi entrenador, y con mi compi Ricardo.
Aunque había corrientes, me sentí cómoda y con ganas de nadar, cosa que no me suele pasar habitualmente cuando me meto a nadar en aguas abiertas…
Y llegó el día previo.
Ya que mi mal karma pre-competición me había jugado otra más el día anterior y me había quedado sin batería en el coche, salgo a activar con la bici, sin llegar a Landa ya que tenía 40 minutos sólo de activación. En seguida vinieron a arreglarme la batería, por suerte.
Durante la mañana me escriben mis compis David y Ferkal, que ya estaban de camino. Me mandan mensajes de calma…”tranquila que estamos aquí para ayudarte”…
Al terminar de comer y sabiendo que ya venían también mis amigos y mi primo de camino, me tumbo en el sofá y empiezo a repasar todos mis check list de las bolsas que tenía que dejar en las transiciones y es entonces donde aparecen mis nervios, esos que aún no habían llegado.
Me marcho a Landa a hacer el check in, para quitarmelo en las primeras horas de la tarde antes de que se montara mucho jaleo. Allí me estaban esperando David y Ferkal…con cámara en mano grabando mis pasos por la transición.
Allí nos sentamos un rato a comentar todo.
Yo estaba feliz…que digo feliz!…pocas veces he tenido esa sensación tan bonita…de saber que has estado durante mucho tiempo labrando ese sueño y que al día siguiente se podría hacer realidad…y si no sucediera, el hecho de estar allí, ya merecía la pena.
En ese ratito sacamos esa entrevista, donde cuento desde la ilusión y la humildad de un polluelo queriendo salir de su cascarón, cómo quería que fuera mi prueba…como la imaginaba…
Bajamos de Landa para ir a la T2 y seguir grabando.
Entre tanto quedo con mi amigo Jose y su madre que habían ido por sorpresa a verme…en el 2019 estuvimos aquí porque Jose corrío este ironman, y le dimos la sorpresa que no esperaba, y esta vez era yo la que se había metido en este meollo y la que se llevaba la sorpresa de tenerles allí conmigo. Casualidad del destino, aquel era el Ironman elegido para debutar yo tres años más tarde. Gracias por acompañarme.
Entro en la T2, repaso la bolsa y dejo todo.
Al ratito llegaron Sergio, Patri y Noe…se repetía la secuencia de ese Ironman en 2019 donde Sergio corría y yo llevaba el megáfono…y esta vez les dejaba yo el megáfono…la protagonista era yo…gracias por estar en mi camino, por no dudar desde el minuto uno que me apunté que queríais estar allí conmigo.
Al ratito me escribe Chantal, que estaban por el centro también para verme y nos juntamos en la plaza. No nos veíamos desde KOA…ella siempre en mi equipo, yo siempre en el suyo!
A Nacho le conocí en KOA, y fue unos de esos “pepitos grillos” a los que escuchar desde la voz de la experiencia, en esas semanas duras. Gracias por tanto.
Y antes de irnos a casa, ya me llama mi primo, que acababa de llegar a Vitoria…el que nunca me falla!! Total, de Alicante a Vitoria solo habia 760 kilómetros, como se lo iba a perder!! La familia que a uno le toca, y que suerte tengo.
Les digo a todos un “ojalá mañana sea un gran día y os pueda pagar una tercera parte de todo esto que habéis hecho, por estar aquí conmigo, haciéndoos disfrutar desde la barrera”…la verdad, pensé eso de “anda que como reviente una rueda o me pase y no termine, toda la gente que has movido hasta aquí Sandra”…pero en realidad sabía que si algo así pasaba, iba a estar muy apoyada por cada uno de ellos, así que eso no tenía que invadir mi cabeza.
No se si olvidaré con el tiempo las cosas que me han pasado estos días, pero sin duda a todos vosotros, los que habéis venido a Vitoria, os voy a llevar siempre en mi corazón, esto no se me olvida, seguro.
Hora de irse a casa, cenar y dormir lo que se pueda…mañana, quiero que sea un gran día, y tengo conmigo a un equipazo de supporter que me van a hacer disfrutar el doble de todo esto
Soy consciente de que he dado todo de mi y de lo mucho que he remado para llegar aquí, no tengo absolutamente nada que echarme en cara por haberme dejado algo sin hacer en este proceso, y esa sensación, creerme, que es maravillosa.
Dicen que en la vida recibes aquello que das, no se si he llegado a dar tanto como he recibido en estos días.
Mis mantras y manías en esos días previos:
1- Darle prioridad a las horas de sueño. Si estás excesivamente nervioso, añade por la noche esa semana previa una infusión o pastilla de valeriana 100% que te ayude a coger el sueño pronto esos días previos.
2- Sé tú quien marque tus tiempos durante los días, llevando un orden de comidas y sueño correcto.
3- Si viajas, si puedes, que sea con un mínimo de 3 días de antelación al día de la prueba. El viaje en sí nos cansa y nos trastoca en ocasiones incluso el sueño de ese día en que viajamos.
4- Ten preparado el check list de las bolsas de transición con una semana de antelación. De ese modo sabrás con tiempo si te faltara algo (cámaras, suplementación, etc) para comprarlo antes de la prueba.
5- El día que recojas el dorsal, prepara todo en cada bolsa de transición, aunque no vayas a dejar todo, te ayudará a estar tranquilo sabiendo que lo tienes todo controlado.
6- Cuida tus pensamientos, trabaja ese diálogo interno bonito: no pienses en esas cosas que no puedes controlar. Has puesto todo lo que dependía de ti durante meses, no eches por la borda ese trabajo pensando en eso que no podemos controlar.
7- Cuida lo que comes y bebes durante esos días previos. Parece algo que cualquiera sabría controlar a estas alturas del camino, pero a veces los nervios nos hacen olvidar pequeños detalles de la alimentación y la hidratación de los días previos y nos puede jugar una mala pasada.
8- Si puedes, haz el check in en las primeras horas de la tarde, de esa manera, tendrás una cosa menos ocupando sitio en tu cabeza.
9- Último y más importante: no te olvides de disfrutar de esos nervios bonitos que vienen y van los días previos, de saborear cada momento que vives en ese lugar donde se desarrolla la prueba. Esto también es parte de ese camino que has disfrutado hasta ahora!!
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