A nivel metabólico, cuando nos enfrentamos a una competición de más de 3 horas, como puede ser un triatlón de media distancia o uno de larga distancia tipo distancia Ironman, nos vamos a encontrar con una serie de factores limitantes de nuestro rendimiento con los que vamos a ir negociando durante la prueba y tendríamos que haber educado durante nuestra temporada de entrenamiento.
La hipoglucemia: Un factor a tener en cuenta
Unos de estos factores es la hipoglucemia provocada por el gasto de hidratos de carbono y el descenso de la glucemia en el organismo. Esto no sólo se soluciona aportando HHCC durante la competición, sino llegando a ella con los depósitos llenos, teniendo un buen metabolismo de los lípidos, una buena eficiencia en su uso así como, mantener el ritmo adecuado que permita ir tirando de los lípidos como principal fuente energética para ahorrar ese glucógeno tanto muscular y hepático que no tiene reservas para muchas horas.
El metabolismo de oxidación de lípidos
De lo anteriormente expuesto podemos deducir que si no tenemos el metabolismo de oxidación de lípidos a un buen nivel de eficiencia, nos encontraremos con otro limitante a añadir en la consecución de nuestro objetivo. Esto se educa en el proceso de entrenamiento y trabajando correctamente en las zonas metabólicas de oxidación de las grasas (lo que conocemos como ritmos en umbral aeróbico y ritmos en umbral de lactato) Podemos pensar que esto es entrenar muy lento pero todo es según la persona. Tened en cuenta que esto para un maratoniano de elite es un ritmo de 3’10’’ el kilómetro. Por tanto, el ritmo es el de cada uno y no se debe intentar ni forzar ritmos por el hecho de pensar que no entrenan al ser “lentos”

Atención a la deshidratación
Por otro lado, tenemos el fallo en la transferencia de electrolitros, la pérdida de sales minerales que debemos ir reponiendo en competición, conocer cuáles son las concentraciones adecuadas a tomar en cada persona y educarnos en el entrenamiento. A esto se le suma la deshidratación que no sólo aumenta con la temperatura sino también con la caída de la concentración de sales en el organismo e incluso la falta de su ingesta ( la ingesta de sales favorece la hidratación).
Tanto el gasto de hidratos de carbono, la pérdida de sales y la deshidratación están influenciadas por el calor. No sólo que haga calor ambiente, sino que al aumentar el ritmo nuestra temperatura corporal también aumenta por demanda energética. Por tanto, todo lo que sea aumentar temperatura central y perder el control sobre esta, afecta a todo lo anteriormente expuesto. La temperatura ambiente es difícil que la controlemos pero podemos poner mecanismos adecuados durante la prueba como son el ir refrigerándonos, hidratándonos y mantener un ritmo adecuado de competición.
Así que, como herramientas ante los limitantes básicos metabólicos, dentro de la prueba de larga duración, tenemos un entrenamiento óptimo de las capacidades oxidativas de lípidos (de las que ya hablaremos en otros artículos), conocer el ritmo de competición que no nos saque a zonas de exceso de consumo de hidratos de carbono, aprender a hidratarse y a asimilar los hidratos de carbono necesarios para las demandas de la prueba , junto a la correcta ingesta de sales.
Está claro que esto no es lo único a trabajar para preparar una competición de estas características (70.3, Ironman@) pero ya en otro artículo vimos las exigencias metabólicas para preparar estas pruebas y hoy, los limitantes en la prueba. De este modo iremos, poco a poco, atendiendo a todos aquellos puntos que hay que tener en cuenta, tanto fisiológicos como técnicos y estratégicos, que nos lleven a la consecución de nuestro objetivo lo mejor posible.